La IGP Costa de Cantabria es una indicación geográfica protegida que certifica la calidad y origen de los productos agroalimentarios procedentes de la costa de la región de Cantabria, en España. Esta denominación garantiza que los productos han sido cultivados, elaborados o procesados en esta zona geográfica específica, siguiendo unos estándares de calidad y producción establecidos.
Información de la IGP Costa de Cantabria
La IGP Costa de Cantabria abarca una amplia variedad de productos, desde alimentos frescos como pescados y mariscos, hasta productos transformados como conservas y lácteos. Esta indicación geográfica protegida se aplica a productos que se producen en los municipios costeros de Cantabria, como Santander, Castro Urdiales, Suances y Santoña, entre otros.
La IGP Costa de Cantabria se basa en la tradición y conocimientos ancestrales de los productores de la zona, que han sabido aprovechar los recursos naturales del mar y la tierra para crear productos de alta calidad. Además, se promueve el respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad en la producción, garantizando así la conservación de los recursos naturales a largo plazo.
Para obtener la certificación de la IGP Costa de Cantabria, los productores deben cumplir una serie de requisitos establecidos en el reglamento de la indicación geográfica protegida. Estos requisitos incluyen la utilización de materias primas de la zona, la aplicación de técnicas de producción tradicionales, el control de la trazabilidad de los productos y la superación de controles de calidad periódicos.
La IGP Costa de Cantabria no solo garantiza la calidad y origen de los productos, sino que también contribuye a la promoción y difusión de la gastronomía y cultura de la región. Los productos certificados con esta indicación geográfica protegida son reconocidos tanto a nivel nacional como internacional, y son valorados por su sabor, autenticidad y tradición.
Entre los productos más destacados amparados por la IGP Costa de Cantabria se encuentran las anchoas de Santoña, los quesos de Liébana y los pescados y mariscos frescos de la costa. Estos productos son apreciados por su calidad y se utilizan en la elaboración de platos típicos de la región, como la marmita de bonito o el sorropotún.