El queso Castellano es un producto gastronómico típico de la región de Castilla y León, en España. Se trata de un queso de pasta prensada, elaborado a partir de leche de oveja de las razas Churra y Castellana. Su nombre proviene de la región donde se produce y se caracteriza por su sabor intenso y su textura firme.
Información de la IGP Queso Castellano
La IGP (Indicación Geográfica Protegida) Queso Castellano es una denominación que garantiza la calidad y autenticidad del queso elaborado en la región de Castilla y León. Esta distinción se otorga a aquellos quesos que cumplen con los requisitos establecidos en el reglamento de la IGP.
Para obtener la denominación de IGP Queso Castellano, el queso debe cumplir con una serie de características específicas. En primer lugar, debe estar elaborado exclusivamente con leche de oveja de las razas Churra y Castellana, que son las razas autóctonas de la región. Además, la leche utilizada debe ser cruda o pasteurizada, pero nunca puede ser sometida a tratamientos de ultrafiltración.
Otro aspecto importante es el proceso de elaboración. El queso Castellano se produce mediante la coagulación de la leche con cuajo animal, seguido de un proceso de prensado para eliminar el suero y dar forma al queso. Una vez prensado, el queso se somete a un período de maduración mínimo de 60 días, durante el cual adquiere su sabor y textura característicos.
El queso Castellano se distingue por su sabor intenso y ligeramente picante, así como por su textura firme y compacta. Su aroma es también muy característico, con notas lácticas y herbáceas. Estas características son el resultado de la combinación de la leche de oveja de las razas autóctonas y el proceso de maduración.
La IGP Queso Castellano garantiza que el queso cumple con los estándares de calidad establecidos y que ha sido producido en la región de Castilla y León. Esto asegura al consumidor que está adquiriendo un producto auténtico y de calidad, además de contribuir a la protección de la tradición quesera de la región.
El queso Castellano es muy apreciado tanto a nivel nacional como internacional. Su sabor y textura lo convierten en un ingrediente ideal para disfrutar solo, en tablas de quesos o como parte de diferentes platos. Además, su versatilidad permite combinarlo con una amplia variedad de vinos, lo que lo convierte en una opción perfecta para maridajes gastronómicos.