IGP Carne de Vacuno del País Vasco

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La IGP Carne de Vacuno del País Vasco es un sello de calidad que garantiza la procedencia y la calidad de la carne de vacuno producida en esta región del norte de España. Esta Indicación Geográfica Protegida (IGP) es un reconocimiento a la tradición y a la excelencia de la ganadería vasca, que se ha convertido en sinónimo de calidad y sabor.

Información de la IGP Carne de Vacuno del País Vasco

La IGP Carne de Vacuno del País Vasco se caracteriza por su origen geográfico, ya que solo se permite la producción de carne de vacuno en el País Vasco. Además, se establecen unos rigurosos controles de calidad y trazabilidad a lo largo de todo el proceso de producción, desde la cría de los animales hasta la comercialización de la carne. Esto garantiza que la carne cumple con los estándares más exigentes en términos de calidad y seguridad alimentaria.

La IGP Carne de Vacuno del País Vasco se basa en la raza autóctona vasca, conocida como «Euskal Okela». Esta raza se caracteriza por su rusticidad y adaptación al medio, lo que le permite desarrollar una carne de gran calidad y sabor. Además, los animales se crían de manera extensiva, en régimen de pastoreo, lo que contribuye a la conservación del medio ambiente y al bienestar animal.

La IGP Carne de Vacuno del País Vasco ofrece al consumidor una garantía de calidad y autenticidad. Cada pieza de carne lleva consigo un distintivo que certifica su origen y su calidad, lo que permite al consumidor identificar fácilmente los productos amparados por esta indicación geográfica protegida.

La carne de vacuno amparada por la IGP Carne de Vacuno del País Vasco se caracteriza por su sabor intenso y su textura jugosa. Estas características son resultado de la combinación de factores como la alimentación de los animales, la raza autóctona y el manejo tradicional de la ganadería vasca.

Además, la IGP Carne de Vacuno del País Vasco fomenta la sostenibilidad y la conservación del medio rural. La ganadería extensiva contribuye a la preservación del paisaje y al mantenimiento de la biodiversidad, mientras que el pastoreo ayuda a prevenir incendios forestales y a mantener los ecosistemas naturales en equilibrio.

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