El melocotón de Calanda ha cerrado su temporada más extensa, mostrando una vez más su importancia económica en el Bajo Aragón histórico. Se prevé, aunque aún sin confirmación oficial, que la cosecha ha rondado los cuatro millones de kilos, a pesar de las adversidades climáticas como lluvias y granizo. Un testimonio de resiliencia y calidad que caracteriza a esta fruta, y que contribuye de manera significativa a la economía local.
Calidad y diversificación
No todos los melocotones logran llegar a las cajas; sólo los mejores ejemplares se seleccionan. En la cooperativa La Calandina, por ejemplo, un 40% de la producción se ha destinado para zumos. La garantía de calidad es una promesa cumplida, reflejada en el sabor y la textura de cada melocotón.
Además, la introducción de nuevas variedades ha alargado la campaña de seis a 11 semanas. La ‘evaisa’, una de las variedades incorporadas recientemente, es apreciada por su firmeza y dulzura, extendiendo la disponibilidad de esta fruta en el mercado y diversificando las opciones para los consumidores.
Impacto económico y expectativas
El impacto del melocotón de Calanda va más allá de los huertos, siendo un motor económico en la región. Samuel Sancho, presidente de la denominación, expresó optimismo al anticipar una “buena campaña” este año. Las ventas, aunque bajaron tras el 10 de octubre, encontraron sostén en una base leal de consumidores y en la diversificación hacia otros productos como los zumos.
La estimación cercana a los cuatro millones de kilos resalta la fortaleza y la continuidad de la cadena de valor que rodea a este melocotón. El futuro parece prometedor, con nuevas variedades y prácticas sostenibles que prometen ampliar el legado del melocotón de Calanda en el Bajo Aragón y en los mercados.
La narrativa del melocotón de Calanda es una crónica de esfuerzo, innovación y calidad. La despedida de esta campaña más larga se ve más como un indicativo de las oportunidades venideras, donde los melocotones de Calanda seguirán endulzando paladares y fortaleciendo la economía regional. La travesía continúa, con la esperanza y el compromiso como protagonistas en la historia de éxito de este fruto emblemático.
